Entre luces y peligros, se juega la realidad,

Donde el sueño es tan efímero, como estrellas de ciudad.

La fama cobra su precio, nada vuelve a ser igual,

Y entre copas y diamantes, se te olvida lo real.

La vida me dio de todo, pero tuve que arriesgar,

En las calles aprendí que la confianza es un puñal.

Dinero llena bolsillos, pero no el vacío al final,

Porque el brillo de los lujos no te puede consolar.

Y aunque el tiempo va pasando,

El ayer sigue pesando,

Lo que hice por mi gente,

Nunca lo estarán contando.

Luces de la ciudad, que brillan para ocultar,

Los pecados de una vida que no quiere confesar.

En la cima hace frío, pero nadie lo dirá,

Porque el precio de este juego es que nunca volverás.

Me miran en los reflectores, pero no saben de mí,

En las noches más oscuras, me pregunto si elegí.

Las cadenas son pesadas, aunque brillen de oro fino,

Y mi sombra me recuerda lo que soy y mi camino.

Y aunque el tiempo va pasando,

El ayer sigue pesando,

Lo que hice por mi gente,

Nunca lo estarán contando.

Luces de la ciudad, que brillan para ocultar,

Los pecados de una vida que no quiere confesar.

En la cima hace frío, pero nadie lo dirá,

Porque el precio de este juego es que nunca volverás.

El eco de los disparos, se quedó en mi memoria,

Historias de lo vivido, que no caben en la gloria.

Por cada logro alcanzado, una lágrima detrás,

Porque en este mundo falso nadie dice la verdad.

Entre luces y peligros, mi final quedó marcado,

Las estrellas me acompañan, pero el alma está cansado.