En la penumbra de la ciudad,
Aparece una luz que no puedo evitar,
Con sus ojos lindos, un cielo en calma,
Reflejan mil estrellas que encienden mi alma.
Su piel blanca es como el primer amanecer,
Una caricia suave que no puedo comprender,
Y esos labios rojos, con su dulce tentación,
Me llevan a un sueño, a una nueva dimensión.
Me trae loco, loco por ella,
Cada mirada es una estrella,
Su piel blanca y sus labios de flor,
Despiertan en mí un ardiente fervor.
Me trae loco, loco por ella,
Cada mirada es una estrella,
Su piel blanca y sus labios de flor,
Despiertan en mí un ardiente fervor.
Camina con gracia, como en un ballet,
Cada paso suyo es un hechizo que me envuelve,
Esos ojos lindos son mi perdición,
Cada vez que me miran, pierdo la razón.
Sus labios susurran promesas de pasión,
Y en su piel blanca encuentro mi salvación,
Cada risa suya es un fuego en mi interior,
Me trae loco, loco, con su dulce amor.
Me trae loco, loco por ella,
Cada mirada es una estrella,
Su piel blanca y sus labios de flor,
Despiertan en mí un ardiente fervor.
Es como un hechizo, un sueño encantado,
Cada momento a su lado es un sueño dorado,
No puedo resistir, su amor es mi tentación,
Me trae loco, loco, sin control.
Me trae loco, loco por ella,
Cada mirada es una estrella,
Su piel blanca y sus labios de flor,
Despiertan en mí un ardiente fervor.
Me trae loco, loco por su ser,
Cada instante con ella es un nuevo amanecer,
Con esos ojos y labios que me vuelven loco,
Ella es mi locura, mi amor más profundo.