El Señor dice a Su Ungido,
A mi derecha, siéntate aquí.
Hasta que los enemigos sean vencidos,
Porque mi poder triunfa sin fin.
Gobernarás con justicia y gloria,
Tu cetro es firme, Tu Reino es paz.
En la batalla eres vencedor,
Tú eres el Rey que nos satisface.
¡Oh Señor, Tu poder es eterno,
Tu trono es firme y fiel!
Tu palabra no pasa, es gloria,
¡Futuro Rey de Israel!
Tú eres Sacerdote, juramento eterno,
Según el orden de Melquisedec.
Intercesor para siempre al lado del Padre,
En quien reposa el brillo de la gloria.
Tu pueblo es fuerte en Tu presencia,
Guiado por Tu brazo fiel.
Porque a Tu lado descansamos seguros,
Hasta ver Tu gloria en el cielo.